Sexto día de la semana,
séptimo mes del año,
un día lleno de sol;
mis ánimos están óptimos.
Me encuentro en mi triste hogar
lejos del bendito lugar donde nací,
donde dejé enterrado el ombligo,
donde mi madre me trajo al mundo.
Hoy es el sabadito lleno de calor,
lleno de esperanzas,
en que mis dolores van a desaparecer,
y mis piernas van a volver como los días
aquellos:
caminando diez kilómetros a pie
En estos momentos me temblaron los pies,
los ojos me temblaron para ver,
el cerebro se apaga al pensar;
han pasado cuarenta años de aventurar.
Hay recuerdos muy especiales
de los días de mi infancia y de juventud;
mis padres ya no están,
mis tíos y amigos se acabaron también.
Estoy escribiendo con ímpetu y con amor
porque quiero darle rienda suelta
a mi inspiración,
quiero repetir el humor que mi padre
me enseñó,
divertir al mundo con mis delicados versos.
Sentir el amor por la gente aunque yo esté
ausente,
que recuerden mis actos
por buenos y malos que estos hayan sido
Como ser humano en esta vida;
en la tierra siempre escrito dejé
el amor con letras de oro:
"Padre nuestros que estás en los cielos...."
AUTOR: ESTEBAN DE JESÚS LÓPEZ FUENTES.
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