para aquellos hombres
que en verdad han dejado
en su largo caminar
una frondosa huella
que es imborrable
e imposible su destrucción.
A los padres en su día
quisiera dejarles mi poesía
que cual sea su situación
merecen el narciso o el clavel
por haber compartido el lecho
junto a una mujer amada.
A los padres en su día
el grato aroma de las blancas nubes
que son linos de seda
que acarician su frente
y después como palomas mensajeras
vuelven a las dimensiones celestes.
Padres, hoy no hablemos
de amargos desencantos
ni recuerdos de tus pasos de ayer
porque sin tí no conoceríamos
el crecimiento de la humanidad
en este bello planeta tierra.
AUTORA: MARÍA ISABEL CALDERÓN DÍAZ.
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