Mi intención es exaltarte, oh, poeta
y contarte que me divago en tu poesía;
algo así como lo hace el día
cuando se aferra a la esencia de la vida.
La magia de tus versos me contrae
para hacerme minúsculo y sencillo,
porque es la magia del estribillo
que usas para ennoblecer al corazón.
Las esquirlas de tu Copante y los Chocoyos
reflejan tu amada Luna de Xelajú;
testigos de tu loable juventud
que la guardan como único historial.
Guardan sin duda el ritmo de tus pasos
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