La fe mueve montañas,
la fe es como una semilla de mostaza,
la fe es fortaleza que detiene grandes
penas
y lleva en sus entrañas una gran cabeza.
Si todos los hombres tuviésemos fe
alcanzaríamos grandes sueños y triunfos,
y seríamos buenos apóstoles en nuestra profesión
y arquitectos de una paz verdadera.
Jesús, nuestro Padre bendito,
creador de la fe y la esperanza;
tenemos que imitar a nuestro Señor
para ser grandes en el amor y la santidad.
Para amar hay que dar más de lo que da nuestro
corazón
y sentirnos satisfechos de hacer el bien a los demás.
AUTOR: ESTEBAN DE JESÚS LÓPEZ FUENTES.
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