domingo, 5 de mayo de 2013

Tan solo dinero.

Amo ésta vida
pero con vehemencia,
espero la otra,
ahí habrá clemencia
en forma desmedida.

Amo ésta vida
a pesar de escacés
penas que me fueron vertidas
por días amargos
de dolor sufridos.

Amo ésta vida
aunque fue medida
por ese recio metal
que limitó mi existencia
y alimentó mi ideal.

Amo ésta vida
pues de ella aprendí
a ganarme todo
con sentido o con dinero
o sin dinero
de ella lo aprendí.

A dar amor
propagando paz,
extendiendo brazos
y dando buenos abrazos
que no tubo costo alguno
y nadie rechazó mi amistad.

En fin amo ésta vida,
pues entendí el sumo fin
que no es poseer
sino siempre dar
lo mejor de cada quien
para poder volar
esa patria inmortal.

Donde a todo mortal
de nada le sirve dinero
que le vedó aquí felicidad
como tiempo mal invertido
para el viático
de ésta al más allá.

Amo la vida que se me otorgó
en amores y pureza,
en fe y entrega,
en esperanza y espera
de otro mundo mejor
aunque algunos carecieron de pureza.

Con dinero o sin dinero
me he valorado ya,
pues mi fe, esperanza y caridad
me dicen así:
a lo que me has revelado y consolidado
te digo: Ven
aquí esperando estoy.

Por esa vida tan real,
dichoso el que a él espera;
millonario aquél
que en él se guarda
y finca su mayor riqueza
no en metal sino en su gracia.
Gracias, gracias, gracias.


Autor:  Juan Antonio Monterroso Villatoro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario