viernes, 31 de mayo de 2013

María Antonieta v de Aguilar.

la amistad anida en su nombre
y la hace ligamen divino y sacrosanto;
el que necesita nuestro mundo
para mantener su perfección.

Almas como la que usted conlleva
purifican más la luz,
perfuman el verbo y la esperanza
que cada día cumplen su misión.

Quien como usted que tiene
el significado de la vida,
la forma o el mutis elocuente 
para llegar al corazón.

Hay amigos que no sueñan,
tienen confundidos los sentidos,
bajan la cerviz con decadencia
como perdiendo la razón.

Usted tiene la magia de colores
como la aurora en cualquier amanecer
que decora con atuendos la neblina
hasta diluirla que es su intención.

"Traemos un propósito a la vida",
dijo usted como aliento ante el dolor,
principalmente en el frío de hospital
cuando varios esperaban curación.

Momentos que necesitan la sonrisa
en conjunción con el aliento espiritual;
es ahí donde las almas se hacen una
y se confunden en santa comunión.

Espero con ello honrar su acento
para  disceminarlo por doquier;
ponerlo de ejemplo al que anhela
un hálito en su triste corazón.
-o-
Rodimiro Gramajo Rodríguez.   

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