miércoles, 1 de mayo de 2013

Agradable dolor.

Cuando el mundo del amor me atrapó,
cierta nostalgia mi alma sintió.
La soledad se alejaba después de tanto,
que en su lecho era prisionero.

Quedó en mi, temor de volver a querer,
no podría creer en ninguna mujer.
Pero hoy el amor con todo su esplendor,
 a través de ti mi vida vuelve a iluminar.

Con tu voz me invitas a cantar,
de tus labios con tus besos recibo un dulce sabor.
En tus brazos tengo el calor,
y allí, he borrado todo temor.

Hoy que la soledad se aleja no me quedo solo, 
pues conmigo tengo un cúmulo de amor,
que nadie pudo arrebatar.

Ese amor nos mantendrá unidos,
en un nido que nadie podrá destruir;
es tan grande y tan fuerte,
que solo Dios lo podrá disolver.
Cuando nos separe la muerte.


Autor:  Fredy Chojolán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario