miércoles, 15 de mayo de 2013

Partida. (Para Nurita, en el día de su boda.)

Cada día se acerca tu partida,
a nosotros se nos hará más grande la herida
porque ya no te veremos cada día,
pero Dios nos dará con su poder la conformidad..

Ahora que nos toca entregarte
como doncella a desposada;
nuestro corazón se  encuentra triste
y nuestra alma destrozada.

El llanto de nuestros ojos
invade el espíritu en agonía
al saber de tu viaje
cómo la penúltima de mis hijos
con quien compartía toda la armonía.

A partir de hoy ya no serás nuestra,
irás a compartir con otras gentes,
pero estás preparada para lo que se trate
como el aire o como el agua transparentes.

Hoy que te miramos vestida de blanco,
como un ángel venido del cielo;
me pregunto ahora:
Será que es cierto o es que estoy loco...?
Por qué no se resiste este desconsuelo.

Nurita: Tu ausencia deja un profundo vacío,
no solo en la casa, sino en el pensamiento,
así como un alma que no se sació
como un pálido acento.

Ya la casa estará desolada,
porque le hará falta tu mirada,
pero hay otra feliz, porque ya no seguirá abandonada,
con tu ´presencia se mantendrá adornada.

En la mesa sobrará un plato,
en la sala tu asiento,
en el dormitorio tu retrato
y en nuestros oídos el sonido
del tacón de tu zapato.

Adios Nurita consentida,
negrita del alma mía;
te queremos con toda la agonía
y que el Ser Supremo te cuide cada día.

Ahora ya no habrá quien desayune conmigo,
ni a quien al trabajo ir a dejar,
pero así es el destino
de lo que nos tenemos que conformar.

Toda la casa te extrañará:
Antonia, tu abuelita, tus hermanos
y también tu mamá;
la regadera por las mañanas llorará
porque ya no te verá ni te bañará.

A Dios siempre pedimos que te bendiga
desde su altar,
para que con Amilton sean muy felices
a la nueva vida que hoy van a afrontar.

(12 de marzo de 1994.)

Autor:  José Nery Gramajo Sántos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario