G uarde este testimonio tan sincero
E n honor a su santuario,
N ido de curaciones y consuelos
A las almas que esperanzadas
R ecurren a su oración bendita
O a su don que solo aquí podemos encontrar.
U na vez enfermé tan grave;
M antuve mi fe a dicha oración;
U sted me volvió a la vida
L a que aprovecho para hacer el bien.
Respetuosamente: Rodimiro Gramajo Rodríguez
Fundado en el año 2001 en Quetzaltenango, Guatemala. Su objetivo es descubrir valores y fortalecer la poesía y literatura guatemalteca. "Quien no promueve la cultura no beatifica su alma"
viernes, 9 de agosto de 2013
Amo lo que soy.
Me amo tal cual soy,
pues fui hecha
por el más perfecto escultor,
fui hecha de barro divino.
Mi creador rompió el molde
después de haberse inspirado
para hacerme diferente.
No hay repetición de su obra,
me hizo única,
me hizo perfecta,
no como algo convencional
no con el concepto de belleza
que en el mundo se maneja,
me hizo a su semejanza e imagen.
¿Qué más puedo pedir?
Soy especial,
soy la obra de sus manos,
lo menos que puedo hacer
es amarme y respetarme,
porque no soy cualquier cosa
soy el templo de su espíritu
soy la obra de arte
del Creador de la vida.
Autora: Amarilis Barahona Vargas.
Cierro mis ojos.
Mi alma vuela al firmamento
para cortar una estrella
y entregársela al amor
que tanto me desvela.
Cierro mis ojos para consolarme
con mis dulces recuerdos
y en ese oculto mundo
te veo igual como te conocí.
Sé que no debo volver a recordar
lo que nunca pudo ser,
pero siempre apareces en mis sueños
como un amor imposible.
Mi memoria no ha borrado
tu imagen dulce y serena,
siempre te recuerdo
con esos ojos dulces
y esa mirada profunda.
Me enamoré de ti
y fue para siempre
aunque sé que lejos estoy
para quererte.
Tú en tu mundo,
y yo...en el mío,
no nos pertenecemos
según el criterio humano,
pero en mi mundo interno
me pertenecen todos tus recuerdos.
Amo tu sonrisa,
amo tu mirada,
porque aún recuerdo
aquellos bellos momentos.
Aunque ahora
ya hace tanto tiempo
no nos hemos visto,
siento que fue ayer
cuando me enamoré de ti.
Reconozco y acepto
que me equivoqué
al no haber sido paciente
para esperar de ti
un dulce beso
y aquellas bellas palabras
al decir TE AMO.
Autora: Amarilis Barahona Vargas.
Me perdiste.
Tus labios se secaron
porque rozaron otros labios
que no fueron los míos.
Tus manos están agrietadas
porque acariciaron otros surcos
otras tierras desconocidas
que no fueron las mías.
No hay brillo en tu mirada
después que dejaste de ver
la luz de mis ojos
que destilaba amor.
Perdiste todo cuanto amaba
porque junto a tus deseos
se fueron destrozando tus sentimientos
y ya no vi en ti
aquél ser a quien tanto amé.
Dejaste que tus deducciones
sin sentido dejaran ir
de tu corazón
a esta mujer
hecha de inagotable amor,
de sentimientos inamovibles.
Me condenaste injustamente
cuando nunca posaste tu oído
para escuchar el latido de mi corazón.
Abrí mi corazón tantas veces
pero tu machismo
cerró tus oídos
a mis sinceras palabras.
Siempre preferiste
hacerme a un lado
para que todos vieran
que tú eres el que manda.
No te importó
darme tantas estocadas;
ahora no te extrañes
que aquél amor sincero
se haya transformado
en indiferencia
desamor y hastío.
Autora: Amarilis Barahona Vargas.
Eso de ser poeta.
Eso de ser poeta
me encantó,
de tanto efecto que me hizo
parece que fue un hechizo.
En las madrugadas
aún dormida
digo tantos versos de amor.
Despierta o dormida,
siempre viene la inspiración,
escribo versos llenos de rima
para que alguien haga de ellos
una bella canción.
Sé que no a todos
les gusta mi poesía,
a unos les agrada
a otros los lastima,
pero lo hago
con mucha pasión.
Eso de ser poeta
me llena de emoción
y aunque no me trae riqueza
siempre escribiré con el corazón.
Autora: Amarilis Barahona Vargas.
Vino de amor.
Haz de caso
que nos conocimos
estando borrachos
porque seguramente
el vino del amor
nos dejo sin razocinio
y cerramos el entendimiento.
Era tanto el embrutecimiento
que ambos no nos percatamos
que no éramos el uno para el otro.
Te amé demasiado
no lo niego,
pero ahora que estoy sobria
porque ya pasó el efecto
de ese vino enamorado,
me doy cuenta
de que estamos
en polos opuestos.
Ni tú ni yo somos culpables,
fue el destino que se equivocó
al cruzar nuestros caminos
ni tú eras para mi,
ni yo era para ti.
El amor nos cerró los sentidos,
ninguno de los dos
vió más allá de lo que quiso,
ni logramos olfatear
nuestros defectos.
Si tan sólo pudiéramos borrar
aquel momento,
ninguno de los dos
estaríamos con este
fatal sufrimiento.
Autora: Amarilis Barahona Vargas.
Niño hermoso.
(Dedicado a mi hijo Estuardo García Barahona)
Tus grandes ojos almendrados
radiantes y expresivos,
cautivan el corazón
de toda doncella.
Eres la creación perfecta de Dios,
pues él en su infinito amor
te hizo a su semejanza.
Te veo con ojos de ternura,
te llené de cuidados,
te amé, te amo y te amaré
porque eres mi hijo amado.
Ya no puedo cargarte en mi regazo
pues has crecido demasiado
ahora a tu pecho yo me poso
para que tu me abraces en el tuyo.
Estás tomando la fuerza de un roble
porque ya no eres un niño
te has convertido en un hombre.
Cargado sobre mi pecho
tu sueño yo velaba,
ahora que has crecido
te quedas solo en tu almohada
Eres mi príncipe hermoso,
el niño que yo deseaba
y aunque me duela verte crecer
he de hacerme a la idea
que algún día te he de perder.
He de soltarte mi niño,
para que seas un hombre de bien,
que tome sus propias decisiones
sin depender de esta mujer.
Autora: Amarilis Barahona vargas.
Volaré.
Como la avestruz
entierra su cabeza
en el oscuro suelo,
así quisiera yo
enterrar mis pensamientos
y olvidarme de mis tormentos.
Si tan sólo olvidarme de ellos
fuese tan fácil,
podría retomar
la fuerza del búfalo
para seguir viviendo.
El dolor, la impotencia,
lo que pudo ser y no fue,
la añoranza de tiempos felices
me hacen recordar
que soy un ser imperfecto,
un ser que debe aprender
a vivir con su pasado,
por muy difícil
que éste haya sido.
Cual águila alzo el vuelo
y me revisto de fuerza
para llegar más alto.
Ya no veré atrás;
todo lo contrario,
me vestiré con nuevas
maneras de ver la vida
Y ya no lloraré,
sobre lo que pudo ser
y no fue,
pondré mi mirada
en el horizonte
respiraré hondo..
y volaré tan alto
como el creador
me permita volar.
Autora: Amarilis Barahona Vargas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)