miércoles, 19 de febrero de 2020

EN LOS QUINCE AÑOS DE SARA MARÍA DE LA ESPERANZA SAQUICHÉ GARCÍA..

Quince mariposas que se fueron
dejando poesía en todos los linderos,
dejando recuerdos en los luceros
también en la familia que las despide.

Quedan en el pasado bellas curiosidades,
que fueron filosofías tal vez desconocidas;
solo Sara María conocía las preferidas
para escribir el libro de su niñez tan bella.

Se quedan las muñecas y los sueños
para llegar a otros con místicos detalles,
para formar una personalidad entre sus calles
y caminar segura a objetivos definidos.

Dios se encamina hacia sus pasos tan seguros,
para sostenerla hacia la lúcida juventud,
conozca la adolescencia y su excelsa plenitud
que habrá de definir en revelaciones especiales.

Sara María de la Esperanza hoy nos ilumina
y nos alienta con su sonrisa que ha de cambiar,
nos enseña que hemos llegados a su bello altar
después de vivir lo que ella está viviendo.

Podemos soñar con ella sin su mullida almohada
porque tiene encantos distintos a los nuestros,
ella va en barcarola de flores y perfumes de ancestros,
nosotros con penas y adagios comprobados.

Nadie podrá arrancar de ella los blancos azahares
que lleva desde niña hacia su mundo que la espera,
aquellos que sus papacitos abonaron en su estera
para que hoy disfrute su espejismo de ilusiones.

Nuestra oración estará presente en su alcoba,
porque no tenemos tesoros para congratularla,
también la tendremos en nuestra mente al recordarla
porque será la imagen que nos dará su bendición.

Sara María de la Esperanza, se feliz  por siempre,
para que nosotros seamos felices en tu nombre;
Dios estará también satisfecho cuando te nombre
porque sabe que lo llevarás en tu noble Corazón.

RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.


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