miércoles, 16 de diciembre de 2020

HASTA PRONTO ADORADA HIJA. EN EL DECESO DE MI HIJA PAOLA MARIANA GRAMAJO DE CABRERA..

Te vas en el límpido regazo,
llevándote mi alma y sentimientos;
casi dejando mi corazón inerte
por culpa de tu, no esperada muerte.

Redoblan las campanas del adiós
desde la catedral de mi lóbrega poesía,
la que te dediqué un día
y te sigo dedicando otra ve.

En mis versos alegres diluías
tu esencia de niña tan bonita,
hoy la dejas cabizbaja y sin sentido
pero con la rima viva en su latido.

Gracias porque en tu paso en esta vida
le pusiste el acento a mi nombre,
el que siempre me hizo hombre
y un ente que lúcido te honró.

Contigo no emprendo el mismo vuelo
porque tus hermanos no puedo marginar;
tengo en la vida mucho que arreglar
para llegar a donde hoy estás.

Paola Mariana:
no te apures si en tu sueño lloro,
son perlas que en mis ojos encontré,
no tuve que ir al fondo de tu mar
porque aquí las pude bautizar.

Con ellas hago tu bello corolario
donde está tu encanto tan risueño,
tus ocurrencias y tu sueño
y tu despertar de madre celestial.

Quien como tú que te volviste alondra
para surcar el bello firmamento,
mientras yo con leve intento 
solo te digo adiós, adiós.

Me quedan tus múltiples recuerdos
y tu figura que nunca olvidaré,
lo que es ya un alabastro que amaré
o broche que en mi solapa llevaré.

Es que te adentraste en tu familia
como zumo de nardos perfumados
o como luz de luceros bendecidos
que con tus ojos escogiste tú.

Luz que iluminará mis pasos,
y los de tus hermanos que te añoran;
como tu madre, esposo y heredero
no digamos tus suegros y amigos 
tan sinceros.

Vuela pues, amor de mis amores,
fragmento de mis entrañas tan humildes,
aquellas que te criaron con loores
y hoy se comprimen con estos sinsabores.

Ya no te detengo hija dorada,
se que tienes que dormir y descansar;
todo, porque mucho supiste amar;
esa que sea tu paga celestial.

Recibe mi última caricia,
porque desde hoy será diaria y cálida
oración,
fruto que te da mi corazón
para que lo compartas con tu Dios.

¡Salud, hija bendecida y adorada...!
Te vas por la sombra de mi amor
y caminando con la luz de un nuevo sol.

TU PADRE: RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.
Quetzaltenango, 10 de abril de 2011.









 

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