La casa está abandonada,
los geranios perdieron sus colores,
la noche tiene místicos temblores
y yo busco en todos los rincones
a los viejos fantasmas dormidos,
los despierto para que platiquen conmigo.
La casa está abandonada...
los geranios no trepan los balcones,
se resisten a morir las siemprevivas,
la luna tiene rostro de azucenas
y yo despierto a mis fantasmas
ya dormidos
para que platiquen conmigo.
La casa está abandonada
los pobres pajaritos emigraron,
mi voz se pierde en cada madrugada,
yo me acurruco solitario en
mi almohada,
y despierto a mis fantasmas
ya dormidos para platicar conmigo.
La casa está abandonada
me pierdo en los brazos de la noche,
es bello como desfilan en mi mente
los instantes felices de mi vida
y una voz se anuda en mi garganta
para llamar a los fantasmas
ya dormidos
y despertarlos para que platiquen conmigo.
De pronto mi verdad
que me repite: la casa está abandonada;
grito: Despierten fantasmas,
despierten...para
platicar conmigo.
Autor: Jorge Luis García de León.
No hay comentarios:
Publicar un comentario