domingo, 18 de agosto de 2019

SERWING OSWARD GRAMAJO JERÉZ.

Cuando a veces me pierdo por mi senda,
aquella donde el silencio tiene su reinado;
primeramente me comunico con tu Dios Omnipotente
y luego con tu nombre que significa mucho para mi.

No hay otro medio para reconciliar con las ideas
que se esconden asustadas por ahí;
pero hoy que las encuentro las rimo con tu nombre
o con la decencia que el Creador te regaló.

Sé que lo que escribo lo sabes más que nadie,
ha recorrido en tus sueños tu hidalguía peculiar,
dejando en cada paso bondades consejeras
y un resumen de tu existencia sin igual.

Me ha gustado escudriñar tus movimientos,
deleitarme en tu carisma que alguien te legó;
no hay cosa más bella que apreciar las excepciones
en las cuales se conjugan los profetas como tu.

Te preguntarás por qué quise incluirte en mis adverbios,
pero has de confiar en mi intención que te escogiera;
sólo se que mereces figurar en mi legajo consentido
porque así me lo exige el alma ¿Dime que debo responder...?

No es violar la ley, el tener una figura o paradigma,
en quien corroborar la esencia de la vida;
la inspiración es tan amplia en sus linderos
que no puede acortar del amor la inspiración.

Jesucristo amó a Lázaro hasta llorarlo
y lo ungió para volverlo a la existencia;
entonces tienes derecho para caber en mi poesía
y renacer de nuevo mi corolario familiar.

El deseo que conlleva esta alusión que te contrae
es únicamente practicar la filosofía de Platón
o sea recordar lo que en el devenir traemos
y no hacerlo que exista sin querer.

Tal vez me excedo  mucho para ejemplificar tu talle,
pero la poesía es una alondra empapada de gran
curiosidad;
máxime cuando se trata de la hombría
o tu intelecto que en ejemplo se volvió.

Hoy que a tu nombre  he escrito en mi silencio,
puedo morir tranquilo y sigiloso;
más alguna letra de tu apelativo estará en mi epitafio
o el versículo de la oración que tu acervo expresará.

Solo recuerda que quise pulir las facetas familiares
de los congéneres que formaron nuestro hogar;
tu podrás hacerlo para cumplir mi último deseo
y poder decirle al mundo: Adiós por siempre adiós.....

Si no pudieras cumplir con este anhelo,
corta de mi poemario esta invocación;
ponla en el viento y volará sola por el mundo
para reivindicar de nuevo lo que aquí escribí.

CON RESPETO A MI SOBRINO OSWARD COMO
FUENTE DE INSPIRACIÓN.
AUTOR: RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario