sábado, 6 de junio de 2020

COVID 19

Por qué tenerte miedo a cada instante
si eres parte del destino que nos ama;
todo ha de cumplirse de acuerdo a los mandatos
que nos toca vivir a cada uno por igual.

No debemos ser cobardes ante tu minúscula figura,
si todo viene desde hace miles de años del Señor;
recordemos las plagas de Egipto y otras tantas
que asolaron la tierra y como si nada, se esfumaron.

Habremos de morir hoy o en alguna fecha inesperada,
tendremos que dejar este escenario de risas y lamentos,
tal vez daremos gracias a esta peste que nos acecha y acaricia
que, por otro lado, habrá de quitarnos tantos sufrimientos
terrenales.

Los millonarios no quieren desprenderse de sus bienes,
el pobre no quiere dejarse vencer en honor a su verdad;
todo es un laberinto que cada día no entendemos,
tampoco conocemos hacia dónde vamos a parar.

Si todo está dispuesto no podemos revelarnos ante ello,
mucho menos ser cobardes o llorar como niños sin derecho,;
debemos sujetarnos al tiempo de vida convenido
aunque nuestra idiosincrasia sea miserable o de abolengo.

No sabemos que nos espera en un futuro no lejano,
esto es solo el inicio de muchas pestes que vendrán,
esto es un alerta para prepararnos con más cuidado
y fortalecer nuestras entrañas, alma y corazón.

Algunos predican que vendrá el fin del mundo,
entonces que esperamos, si nosotros lo pedimos;
"pedid con fe y se os dará", entonces, ¿Que podemos esperar?
únicamente la respuesta de esta ingente petición.

Pude tener riquezas hasta desbordarse de mis bolsillos,
pude tener pobrezas hasta morir entre el oscuro polvo,
hoy no me quejo de lo que tengo porque he de dejarlo,
como también las joyas, los llantos y alegrías pasajeras.

Debemos estar con la frente hacia lo alto
y que Dios responda por nuestras actitudes y valores;
cuando la muerte llega no se conduele de súplicas ajenas
porque tiene que cumplir su función aquí en la tierra.

Alguien se condolerá de nuestro cuerpo y nombre
para depositar nuestros restos en la polvorosa tierra
o condolerse de vernos caminando todavía,
pero, de que la muerte llega, llega para decir adiós.

Respecto a mí:
que me importa que me hayan estimado o despreciado,
hice lo posible por soportar los vejámenes que aquí se viven,
demostré que no tuve miedo a nada, ni siquiera mi mismo
mucho menos a la muerte que es mi amante bella y anhelada.

Tal vez soy resentido social con traumas en el alma,
pero todo eso me da fuerzas para no arrodillarme, cual cobarde,
son las armas para sentirme apoyado en un algo que muchos odian,
pero siempre espero la mano y el soplo de amor del Redentor.

Él dijo: "Se valiente y no temas que yo estoy contigo",
es otro apoyo que fortalece mi valentía ante la vida tan confusa;
;acuérdate "Que de polvo eres y en polvo te convertirás",
entonces que me aparte del cobarde que huye de la misma muerte.

Diré:
Ven muerte aquí te espero en la esquina de los enamorados,
déjame contarte mis sinsabores en mi época de amores
tú me contarás tus experiencias descarnadas, mustias y frías;
juntos nos iremos por la rivera del destino enjuto.

Caminaremos poco a poco por senderos muy desconocidos,
miraremos encenderse las auroras o cubrirse de tenue luto,
le pondremos colores que ni el arco iris tiene
y rosas con besos fríos, cual luna de miel en desvaríos.

Agradezco al Covid 19 el habernos unido en nuestro romance
que algunos no han gozado por su cobardía sin valor alguno
disfrutemos nuestras locuras amorosas aunque nos envidien otros
para vengarnos de ellos por tenerte miedo y despreciarte cada día.

No debemos de huir de las miradas de la gente,
dejemos los prejuicios en la canasta del olvido,
aquella canasta dónde alguna vez te llevé flores
ya no sirve de nada ante nuestros cuerpos tan desnudos.

Gracias Covid 19 por unirme a mi amada de repente,
no tengo con que pagarte este milagro que me diste,
será una luna de miel interminable y por muchos años;
que nos importa el mundo de los vivos casi muertos..

Escúchame ¡Oh muerte!
Cerraremos nuestra alcoba y dejaremos velas encendidas
para que nadie escuche nuestros nuevos juramentos;
tampoco imiten nuestra forma de amar y nuestros besos,
será un romance sin escépticos y sin límites, ni leyes vanas.

No nos importarán las flores, las joyas y alhajas terrenales
porque en lugar de eso tendremos jardines de luceros;
tú, lucirás diademas y collares de nítidas estrellas
y en lugar de páramos tendremos lagos y luces de cometas.

El Covid 19 será nuestra barca preferida,
no habrá necesidad de remos que interrumpan nuestros besos,
la fuerza de nuestro amor la empujará a no se dónde
para que permanezcas enamorada y asida por siempre de mi cuello.

Ya no quiero interrumpir nuestra unión tan anhelada,
dejemos que las tinieblas invadan nuestros cuerpos,
que los recuerdos y oraciones de nuestros deudos toquen a la puerta
o los deje el mensajero en el buzón del olvido para entonces.

RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.

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