No quiero caer de pesimista
pero la vida dicen: "No es comprada",
no sea que me toque viajar con el Covid
y no tenga tiempo de decir adiós.
Me iré con el alma llena de absurdos,
tanto por lo malo que yo fui
o, por lo bueno que pocas veces practiqué,
pero cuya equivalencia solo la da Dios.
Reconozco que en mi trayecto vital
fui verdugo de mi propia vida,
no digamos de mucha gente que conocí,
quienes puedan obsequiarme un perdón o
una maldición.
Quise retractarme para borrarlo todo,
pero fue imposible, no digamos irreversible;
el cáncer continuó carcomiendo mis entrañas
hasta convertirme en odiado y despreciado.
Tal vez haya uno, dos o tres que me perdonen
tal y como sucedió en Sodoma en aquel tiempo,
ellos serán mis salvadores ante la Divina Mano
o las que me hundan más en el fuego eterno.
Me voy con valentía al lugar que me asignen
y con la idea que no podré volver aunque desee,
no tendré el poder de vencer y derogar leyes,
sólo se que la cumpliré hasta más no poder.
Te espero Covid 19 en la quietud de mi aposento,
no tengas pena de entrar, te estoy esperando,
solo dame tiempo de hacer un pretérito viaje
y musitar entre mis labios la frase de pedir perdón
No me llevaré nada, solo una sarta de recuerdos
que pondré en la posada que me des;
otros los tendré en mi mente deambulando
para no sentir mi encierro tan tétrico y tan frío.
Ahí redactaré en el oxígeno más curiosidades mías,
para no dejarlas escritas en los muros de ese cuarto,
serán desvaríos que solo yo entenderé a medias
sin darles forma porque estaré en mi gélida agonía.
Solo tendré como idea sólida el valor de la poesía,
aquella que nunca pude dominar como Rubén Darío
y otros;
cuando menos la quise crear entre mi mente loca
de dónde nunca escapará por ser tan solo mía.
Vamos pues, caminemos hacia donde me quieres llevar,
seamos amigos desde aquí hasta donde pueda soportar
tu aliento,
solo te encargo mis hijos y mi fortuita gloria malograda
sin olvidar a Margarita Elizabeth que por último arrullé.
Los otros mundos que tuve la oportunidad de conocer
los llevo en mis dentros como prendas también sagradas,
las dejaré ir en el río de aguas cristalinas y benditas
para no mancharlas con mis lágrimas sin valor alguno.
Ya en mis manos tengo el boleto de este bello viaje,
no sé que sorpresas y cruces cargaré en la ida,
el frío carcomerá mis huesos hasta el "tuétano"
y la melancolía se adueñará de mi sentir confuso.
No veo hacia atrás, porque ya nada es mío,
solo pienso que es una nebulosa sin forma y sin carisma;
son páramos sin rosas, ni estrellas como las hube creado,
son solo páginas del libro que nunca pude terminar.
Algunas cosas y vivencias quedarán perdidas
para que nadie las lea y sean de burla o sarcasmo,
podrían servir de ejemplo para quienes comienzan a vivir
y no hagan lo que siempre hice yo.
Ya no quiero cansarlos hermanos y tesoros míos,
déjenme viajar tranquilo hacia donde voy
iré a mi descanso o arrepentimiento interminable
para recibir la corona candente que mis sienes quemará.
Hasta pronto o hasta luego, no se que me espera allá,
bueno, ya todo está marcado, no queda nada que hacer;
si pueden obsequiarme una oración o un suspiro,
será más que suficiente a lo que pueda merecer.
RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.
Fundado en el año 2001 en Quetzaltenango, Guatemala. Su objetivo es descubrir valores y fortalecer la poesía y literatura guatemalteca. "Quien no promueve la cultura no beatifica su alma"
martes, 16 de junio de 2020
sábado, 6 de junio de 2020
COVID 19
Por qué tenerte miedo a cada instante
si eres parte del destino que nos ama;
todo ha de cumplirse de acuerdo a los mandatos
que nos toca vivir a cada uno por igual.
No debemos ser cobardes ante tu minúscula figura,
si todo viene desde hace miles de años del Señor;
recordemos las plagas de Egipto y otras tantas
que asolaron la tierra y como si nada, se esfumaron.
Habremos de morir hoy o en alguna fecha inesperada,
tendremos que dejar este escenario de risas y lamentos,
tal vez daremos gracias a esta peste que nos acecha y acaricia
que, por otro lado, habrá de quitarnos tantos sufrimientos
terrenales.
Los millonarios no quieren desprenderse de sus bienes,
el pobre no quiere dejarse vencer en honor a su verdad;
todo es un laberinto que cada día no entendemos,
tampoco conocemos hacia dónde vamos a parar.
Si todo está dispuesto no podemos revelarnos ante ello,
mucho menos ser cobardes o llorar como niños sin derecho,;
debemos sujetarnos al tiempo de vida convenido
aunque nuestra idiosincrasia sea miserable o de abolengo.
No sabemos que nos espera en un futuro no lejano,
esto es solo el inicio de muchas pestes que vendrán,
esto es un alerta para prepararnos con más cuidado
y fortalecer nuestras entrañas, alma y corazón.
Algunos predican que vendrá el fin del mundo,
entonces que esperamos, si nosotros lo pedimos;
"pedid con fe y se os dará", entonces, ¿Que podemos esperar?
únicamente la respuesta de esta ingente petición.
Pude tener riquezas hasta desbordarse de mis bolsillos,
pude tener pobrezas hasta morir entre el oscuro polvo,
hoy no me quejo de lo que tengo porque he de dejarlo,
como también las joyas, los llantos y alegrías pasajeras.
Debemos estar con la frente hacia lo alto
y que Dios responda por nuestras actitudes y valores;
cuando la muerte llega no se conduele de súplicas ajenas
porque tiene que cumplir su función aquí en la tierra.
Alguien se condolerá de nuestro cuerpo y nombre
para depositar nuestros restos en la polvorosa tierra
o condolerse de vernos caminando todavía,
pero, de que la muerte llega, llega para decir adiós.
Respecto a mí:
que me importa que me hayan estimado o despreciado,
hice lo posible por soportar los vejámenes que aquí se viven,
demostré que no tuve miedo a nada, ni siquiera mi mismo
mucho menos a la muerte que es mi amante bella y anhelada.
Tal vez soy resentido social con traumas en el alma,
pero todo eso me da fuerzas para no arrodillarme, cual cobarde,
son las armas para sentirme apoyado en un algo que muchos odian,
pero siempre espero la mano y el soplo de amor del Redentor.
Él dijo: "Se valiente y no temas que yo estoy contigo",
es otro apoyo que fortalece mi valentía ante la vida tan confusa;
;acuérdate "Que de polvo eres y en polvo te convertirás",
entonces que me aparte del cobarde que huye de la misma muerte.
Diré:
Ven muerte aquí te espero en la esquina de los enamorados,
déjame contarte mis sinsabores en mi época de amores
tú me contarás tus experiencias descarnadas, mustias y frías;
juntos nos iremos por la rivera del destino enjuto.
Caminaremos poco a poco por senderos muy desconocidos,
miraremos encenderse las auroras o cubrirse de tenue luto,
le pondremos colores que ni el arco iris tiene
y rosas con besos fríos, cual luna de miel en desvaríos.
Agradezco al Covid 19 el habernos unido en nuestro romance
que algunos no han gozado por su cobardía sin valor alguno
disfrutemos nuestras locuras amorosas aunque nos envidien otros
para vengarnos de ellos por tenerte miedo y despreciarte cada día.
No debemos de huir de las miradas de la gente,
dejemos los prejuicios en la canasta del olvido,
aquella canasta dónde alguna vez te llevé flores
ya no sirve de nada ante nuestros cuerpos tan desnudos.
Gracias Covid 19 por unirme a mi amada de repente,
no tengo con que pagarte este milagro que me diste,
será una luna de miel interminable y por muchos años;
que nos importa el mundo de los vivos casi muertos..
Escúchame ¡Oh muerte!
Cerraremos nuestra alcoba y dejaremos velas encendidas
para que nadie escuche nuestros nuevos juramentos;
tampoco imiten nuestra forma de amar y nuestros besos,
será un romance sin escépticos y sin límites, ni leyes vanas.
No nos importarán las flores, las joyas y alhajas terrenales
porque en lugar de eso tendremos jardines de luceros;
tú, lucirás diademas y collares de nítidas estrellas
y en lugar de páramos tendremos lagos y luces de cometas.
El Covid 19 será nuestra barca preferida,
no habrá necesidad de remos que interrumpan nuestros besos,
la fuerza de nuestro amor la empujará a no se dónde
para que permanezcas enamorada y asida por siempre de mi cuello.
Ya no quiero interrumpir nuestra unión tan anhelada,
dejemos que las tinieblas invadan nuestros cuerpos,
que los recuerdos y oraciones de nuestros deudos toquen a la puerta
o los deje el mensajero en el buzón del olvido para entonces.
RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.
si eres parte del destino que nos ama;
todo ha de cumplirse de acuerdo a los mandatos
que nos toca vivir a cada uno por igual.
No debemos ser cobardes ante tu minúscula figura,
si todo viene desde hace miles de años del Señor;
recordemos las plagas de Egipto y otras tantas
que asolaron la tierra y como si nada, se esfumaron.
Habremos de morir hoy o en alguna fecha inesperada,
tendremos que dejar este escenario de risas y lamentos,
tal vez daremos gracias a esta peste que nos acecha y acaricia
que, por otro lado, habrá de quitarnos tantos sufrimientos
terrenales.
Los millonarios no quieren desprenderse de sus bienes,
el pobre no quiere dejarse vencer en honor a su verdad;
todo es un laberinto que cada día no entendemos,
tampoco conocemos hacia dónde vamos a parar.
Si todo está dispuesto no podemos revelarnos ante ello,
mucho menos ser cobardes o llorar como niños sin derecho,;
debemos sujetarnos al tiempo de vida convenido
aunque nuestra idiosincrasia sea miserable o de abolengo.
No sabemos que nos espera en un futuro no lejano,
esto es solo el inicio de muchas pestes que vendrán,
esto es un alerta para prepararnos con más cuidado
y fortalecer nuestras entrañas, alma y corazón.
Algunos predican que vendrá el fin del mundo,
entonces que esperamos, si nosotros lo pedimos;
"pedid con fe y se os dará", entonces, ¿Que podemos esperar?
únicamente la respuesta de esta ingente petición.
Pude tener riquezas hasta desbordarse de mis bolsillos,
pude tener pobrezas hasta morir entre el oscuro polvo,
hoy no me quejo de lo que tengo porque he de dejarlo,
como también las joyas, los llantos y alegrías pasajeras.
Debemos estar con la frente hacia lo alto
y que Dios responda por nuestras actitudes y valores;
cuando la muerte llega no se conduele de súplicas ajenas
porque tiene que cumplir su función aquí en la tierra.
Alguien se condolerá de nuestro cuerpo y nombre
para depositar nuestros restos en la polvorosa tierra
o condolerse de vernos caminando todavía,
pero, de que la muerte llega, llega para decir adiós.
Respecto a mí:
que me importa que me hayan estimado o despreciado,
hice lo posible por soportar los vejámenes que aquí se viven,
demostré que no tuve miedo a nada, ni siquiera mi mismo
mucho menos a la muerte que es mi amante bella y anhelada.
Tal vez soy resentido social con traumas en el alma,
pero todo eso me da fuerzas para no arrodillarme, cual cobarde,
son las armas para sentirme apoyado en un algo que muchos odian,
pero siempre espero la mano y el soplo de amor del Redentor.
Él dijo: "Se valiente y no temas que yo estoy contigo",
es otro apoyo que fortalece mi valentía ante la vida tan confusa;
;acuérdate "Que de polvo eres y en polvo te convertirás",
entonces que me aparte del cobarde que huye de la misma muerte.
Diré:
Ven muerte aquí te espero en la esquina de los enamorados,
déjame contarte mis sinsabores en mi época de amores
tú me contarás tus experiencias descarnadas, mustias y frías;
juntos nos iremos por la rivera del destino enjuto.
Caminaremos poco a poco por senderos muy desconocidos,
miraremos encenderse las auroras o cubrirse de tenue luto,
le pondremos colores que ni el arco iris tiene
y rosas con besos fríos, cual luna de miel en desvaríos.
Agradezco al Covid 19 el habernos unido en nuestro romance
que algunos no han gozado por su cobardía sin valor alguno
disfrutemos nuestras locuras amorosas aunque nos envidien otros
para vengarnos de ellos por tenerte miedo y despreciarte cada día.
No debemos de huir de las miradas de la gente,
dejemos los prejuicios en la canasta del olvido,
aquella canasta dónde alguna vez te llevé flores
ya no sirve de nada ante nuestros cuerpos tan desnudos.
Gracias Covid 19 por unirme a mi amada de repente,
no tengo con que pagarte este milagro que me diste,
será una luna de miel interminable y por muchos años;
que nos importa el mundo de los vivos casi muertos..
Escúchame ¡Oh muerte!
Cerraremos nuestra alcoba y dejaremos velas encendidas
para que nadie escuche nuestros nuevos juramentos;
tampoco imiten nuestra forma de amar y nuestros besos,
será un romance sin escépticos y sin límites, ni leyes vanas.
No nos importarán las flores, las joyas y alhajas terrenales
porque en lugar de eso tendremos jardines de luceros;
tú, lucirás diademas y collares de nítidas estrellas
y en lugar de páramos tendremos lagos y luces de cometas.
El Covid 19 será nuestra barca preferida,
no habrá necesidad de remos que interrumpan nuestros besos,
la fuerza de nuestro amor la empujará a no se dónde
para que permanezcas enamorada y asida por siempre de mi cuello.
Ya no quiero interrumpir nuestra unión tan anhelada,
dejemos que las tinieblas invadan nuestros cuerpos,
que los recuerdos y oraciones de nuestros deudos toquen a la puerta
o los deje el mensajero en el buzón del olvido para entonces.
RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.
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