Es necesario conocer los linderos de la lírica
para comprender la extensión del sentimiento
que hoy vuela como mariposa encantada y solemne
en esta obra que hoy llega para orgullo de mi patria.
Llega con sus colores de costumbres quetzaltecas
para anidarse en el arco iris del entendimiento,
lo mismo, para quedarse en la historia de selectos
y en los anaqueles de oro del códice que la ama desde ya.
Me adiciono a esta utopía realizada con encanto,
la que estaba escondida en la metáfora del conocimiento,
y hoy llega a nuestras manos para deleitarnos con un néctar
que solo perciben los dilectos y sensibles quetzaltecos.
No es necesario remontarnos a espacios aún desconocidos
para enredarnos en la humildad del sutil y su viajero encanto,
solo es necesario tener te en las energías cósmicas sutiles
para llegar a ser parte de la magia de Jorge Luis García de León.
Por medio de este códice nuevo y lleno de sobrado ahínco,
teñimos más nuestra sangre con atuendos de carmín y aliento,
donde las generaciones tendrán más afluentes de ciencia cristalina
para mejorar sus intelecto y si es posible beatificar su ideología.
Bendiciones recibe y recibirá nuestro autor homenajeado,
porque no tenemos más que darle en este glorioso y nítido
momento,
pero el tiempo y la Historia que jamás olvida
le pondrán el laurel que le ofrece nuestra abstracta Guatemala.
Los telares diseminando típicos colores toman ese ritmo literario
de la lanzadera que va formando pentagramas en su intento
para darle la bienvenida a esta obra que desde ya es "ladrona"
por robarnos el corazón y lo que tenemos entre el alma.
Es que, ante lo que hoy celebramos en este paraninfo
nos deja pensativos y sin dudoso presentimiento
ante el reto que nos hace para diluirnos en su terminología
que habrá de llevarnos a lugares especialmente siderales.
Ahí nos quedaremos recluidos en su sombra tan benéfica,
esperando más frutos de García de León, porque así lo siento
y, si no podemos expresarle nuestra grata complacencia
solamente digámosle: Gracias, gracias por darnos su ínclita
experiencia.
Por eso me despido y me voy al arcano a leer su obra
y cuando haya perlado mi alma con sus azahares y su acento
regresaré a mi elegante y caprichoso Quetzaltenango
para volver a entretejerme en sus costumbres que no mueren.
Para finalizar:
Quienes formamos el Certamen Literario Juvenil Nacional,
ofrecen a su autor y a su obra que toca el firmamento
sus pléyades de polvo juvenil que habrán de orificar los nítidos
senderos
donde nuestros nombres habrá de recordar.
¡Felicitaciones, Licenciado Jorge Luis García de León.!
AUTOR: RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.
Centro Intercultural de Quetgo. 21 febrero 2019.
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