Tienes a Quetzaltenango en tus notas musicales
y a Guatemala en lúcidos vitrales,
donde tu música se hace ínclita razón
e inolvidable en la Historia del alma y corazón.
Te elogio en este momento de mi vida,
porque voy con mis años en la huida,
para llevarte en mis sueños a la altura
donde Dios te bendice y te da su albura.
Cómo no ponerte en tu poético sitial
si eres sencillamente y por lógica, especial,
sincronización de solfeos de luz y esperanza
para que vivas por siempre en lontananza.
No tengo poder para bendecirte ahora, ni nunca,
porque eres como eterna aurora,
donde la juventud se acrisola en armonía
y se vuelve para ti la más bella sinfonía.
Ostentas en tus sienes humildes, el himnario
que mucho le gusta a la Patrona "del Rosario"
donde enumera tus múltiples virtudes
y se cristianizan las bellas juventudes.
Tu diapasón ratifica tu esencia y tu lenguaje
que trasciende con tus alas de singular linaje,
hacia el firmamento que conoce tus secretos
y los guarda en confesionarios tan discretos.
Recibe mi reverencia que hoy, en ti aflora
como sahumerio que tu nombre ya decora
en el pentagrama que baila y acaricia
tu Historia verosímil que nos besa y humaniza.
Bendito seas en tu caminar interminable
y sigue siendo un peciolo de amor y tan loable
para tu Quetzaltenango que te acuna
y no te niega los rayos de su Luna.
AUTOR: RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.
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