La canción y la voz abrazan la poesía
que salen del alma hacia el mundo mío,
es por eso que los poetas son bohemios
y se perfilan hasta en frías noches de estío.
Quién no siente arrobamientos en el alma
al escuchar pentagramas bien vocalizados;
quién no ha de robarle a la tierra sus encantos
para ser un Rubén Darío o un Montufar consentidos.
Quién no ha de apreciar la voz de "Julio Ágreda"
que poliniza los encantos del amor preciado;
tiene intentos de robarle al cielo un asombro
o un suspiro al sombrío enamorado.
Tono de voz que en las márgenes del mundo
rompe utopías que otro no pudo hacerlo,
es que tiene la magia del himno bien querido
o la mezcla del firmamento que hace amarlo.
Su magia enarbola nuestra musical bandera
para agitarla en los vientos escondidos hasta allá,
donde las flores y los versos se desgranan
para formar jardines con insólita luz que siempre brillará.
Por eso me apresuro a dejar en mis recuerdos
este homenaje a través del orbe que lo exhala;
testigo de las estrellas que cantan y seducen
a la poesía que se perfuma y vive en Guatemala.
Así es "Hugo Ágreda" en sus noches de coloquio,
cuando su pensamiento lo traduce en voz y aliento,
para transformar los quehaceres del alma enamorada
en madejas de seda con música y poesía con acento.
Bendito sea "Hugo Ágreda" en su caminar intenso,
para que llegue al alma más lejana y pensativa,
forme una nueva sinfonía que le agrade en cada sueño
y podamos navegar en su voz en el torrente de la vida.
Recordaremos su nombre en todo pentagrama,
cualquier nota será testigo de lo que hoy expreso,
si no, que lo diga mi Quetzaltenango que lo acuna
y le ha dado su pesebre mullido de amor y embeleso.
Por eso degustaremos sus acordes tan románticos,
los cuales nos envuelven en su única armonía
y nos traduce en sonetos cantarinos y benditos
para no dudar que la vida es fe, amor y nuevo día.
Julio: Que estos versos nacidos con respeto
sean parte de su historia y su lumínico camino,
para cuando haya cumplido con su objetivo preferido
no sienta más. que una gran satisfacción en su destino.
RODIMIRO GRAMAJO RODRÍGUEZ.